A pesar de que la magia elfos, cíclopes y dioses ha permitido que existan muchos avances tecnológicos en Nú, estos aún son incapaces de determinar el tamaño exacto del planeta. Por tanto, nadie está seguro de qué distancia existe de una punta al otro del mundo. Se sabe que, más allá de la cordillera Mírtorur, está la inconmensurable llanura de Vúndar. Después de todo eso, próximo a las costas orientales, está la región Xerxoga. Es de allí de donde provienen los pieles de sangre. Así que, se mire por donde se mira, los xerxios nativos de la cultura conocida como Fahadato son los mayores viajeros de todo Nú, además de auténticos supervivientes que saben crear riqueza allá donde van.
La Nación de las dunas, el principado del Sol o Fahadato es el conjunto de gentes y territorios dividido en provincias llamadas fadhis. A diferencia de otras naciones, lo más importante no son sus reyes, sus ejércitos o sus fronteras. Por allí no se reconoce la autoridad de un único monarca y el poder tampoco recae en una oligarquía nobiliaria, como pasa en casi todas partes. Las armas y los ejércitos tampoco son lo que hace fuerte y temible a este reino. Lo que hace al Fahadato una de las facciones más poderosas de todo Nú en los principios de la Salim Al-dalim, el Comercio del Servicio.
En el Fahadato y para todos aquellos que siguen sus leyes, los favores son la moneda más cotizada. Aquel que está dispuesto a hacer un favor es el que posee verdadera riqueza en el Fahadato.
Si los favores que ofrezcas son aceptados, tienes derecho a reclamar lo que otros puedan ofrecer. Aunque, por norma general, ese esfuerzo suele compensarse con sálimes, es decir, monedas que simbolizan el valor de tu ayuda. Se pueden canjear por comida, asilo, propiedades o alquileres. Han existido distintas formas de medir el valor de cada tipo, pero, para no aburrirte con tablas de equivalencias, te diré que con un solo salim de oro es suficiente para que te compres una casa bien bonita. Los sálimes no solo sirven en el Fahadato, también están en circulación en otros reinos, incluidos los de Ercleón. Los hay de cobre, de bronce, de plata, de oro y de metal de Mérexu, es decir, el metal daranio*. Evidentemente, los de cobre son los de menor valor y estos últimos los más cotizados.
En resumidas cuentas, este sistema valora e incentiva la constante relación de unos y otros a través de intercambiar el valor que un individuo pueda ofrecer. Los hay que pueden arreglar casas, curar enfermedades, formar y educar a otros… Todo eso se paga en el Fahadato. Gracias a ello, si has prestado los favores y el valor suficiente, el poder que puedes conseguir es ilimitado, querido viajero.
Los xerxios siempre se han desarrollado a través de lo social, sea en encuentros alrededor del fuego para contar historias, ferias o convenciones de algún tipo. Dentro del Fahadato se valora sobre todo la capacidad que tengas de ganarte contactos, así como el favor de los demás.
Algo que se mira mucho es tu facilidad para hacer dinero y crear negocios rentables y exitosos. Aunque en esta sociedad existe la alta alcurnia, una casa noble qué deje de prestar sus favores o servicios continuará siendo noble por poco tiempo. Los mercaderes tienen bastante prestigio en su sociedad dado que son los arquitectos de todo el sistema en el que viven.
Los sacerdotes son otro sector de la población bien considerado. Mérexu es el principal dios del panteón oriental, aunque en el mismo ha divinos que protegen el comercio, las ventas y las historias.
Si eres un artista habilidoso, es igual de probable que encuentres pronto un lugar privilegiado en su sociedad. Dentro del fahadato existe la figura del markil, una persona reconocida por tener particular talento a la hora de contar historias.
Magolor, a pesar de ser un dios termecorio les tiene en muy alta estima y ha protegido a muchos leales al Fahadato que han migrado a Ercleón a lo largo de los años.
Los de la sangre de Válima compiten entre sí ofreciendo el mejor servicio. Cuando eres lo bastante bueno, aquellos que saben de ti acuden a buscarle. Una vez se efectúan los trabajos, ganas una cantidad determinada de sálimes. Hay xerxios que llevan esta cuenta mediante libros, otros mediante magia y otros la graban a fuego en sus memorias, pues, un favor que no es devuelto se paga muy caro en el Fahadato y por aquellos que siguen el Salim Al-dalim.
En este sistema el precio por un servicio u otro varía, sin embargo, hay tres categorías muy importantes en este mercado. Un favor de intercambio de bienes y servicios tiene un precio, un favor para ayudar a una familia otro. Un favor para salvar una vida se paga con otra…
Lo interesante de todo esto, querido viajero es que el precio de tus favores puede variar según el valor que entregues, pudiendo aumentar o bajar su precio. También debes saber que los sálimes son perpetuos en tanto que les des uso. Puedes acumular favores hasta que te vuelvas alguien adinerado o puedes usarlos para conseguir más sálimes y volverte una persona muy rica e influyente.
También puedes ascender en una jerarquía en función de cuantas de estas monedas poseas o la importancia de los favores que hayas realizado. Estos títulos te confieren poder y obligan a otros xerxios del Fahadato a servirte y asistirte en reconocimiento a tus méritos. Dentro de esta jerarquía encontramos al Válsalim, que te da reconocimiento a nivel local, Tálsalim, un título de importancia a nivel regional, Sáldalim, que equivaldría a ser una especie de gobernador. Por encima de todo esto, está el título de Fahad, el primero entre los sirvientes.
Podría decirse que este título equivale al de un rey y, quizás, pienses que este es el líder del Fahadato. Sin embargo, esto no es así… Los favores son una moneda que circula por todas partes donde haya seguidores de estos principios. Por ese motivo, siempre ha habido varios fahades en un mismo tiempo. La influencia de uno de estos mandatarios se reparte cada cierta cantidad de territorio. Una vez alguien es reconocido como tal, se convierte en un dirigente del ejército, el primero de un consejo de administración y jefe del estado.
Cuando el cabeza de una familia ha mantenido el puesto de fahad el tiempo suficiente, este se lo lega a su sucesor. Aunque no se trata de algo hereditario, las familias xerxias se cuidan de mantener su fuente de ingresos y continuar con las buenas relaciones que el fundador de una casa haya iniciado. Esto ha sido el origen de dinastías de enorme prestigio y poder que, ahora, se cuentan entre las castas de más alta cuna entre los pieles de sangre.
No hay un número concreto de fahades que puedan existir en un mismo momento. Por lo que se cuenta, en la actualidad hay tres; Kaliad Talashi, Sorhed Alcuza y Lasadi Oyega. Estas personas se reparten el dominio sobre el complejo grande y extraño entramado del Fahadato.
Ningún fahad ha decidido nunca dividir el territorio de Xerxoga en provincias concretas. Si haces memoria, querido viajero, al principio te hablé de los fahadis. Estos no son provincias al uso sino, más bien, el alcance de la influencia que tenga un válsalim, tálsalim, dálsalim o un fahad en particular. Ninguna de estas figuras tiene autoridad para establecer fronteras. De hecho, los xerxios tampoco las necesitan. Aquel que debe sálimes a alguien de importancia siempre mantendrá su lealtad sin importar donde se encuentre. Por lo que la influencia de un xerxio que ha ascendido en la jerarquía de la Salim Al-dalim, puede llegar más allá de una silueta dibujada en un mapa.
Aunque los de la sangre de Válima saben luchar y conocen muchas técnicas para asesinar a sus enemigos, sus ejércitos y mercenarios tampoco son los más poderosos de Nú. A pesar de todo esto, el Fadahato es una de las facciones con mayor fuente de recursos que existe.
Los pieles de sangre saben cómo crear manufacturas muy sofisticadas, conocen muchos secretos de la botica y las ciencias ocultas que son desconocidas hasta para las naciones más avanzadas.
En el Fahadato la magia usa y se ve de manera cotidiana. Mediante la Danaria o, como la llaman ellos, Duánara, se han levantado ciudades de gran belleza, fabricado norias de regadio y confeccionado algunas de las joyas más deslumbrantes que se hayan visto.
Los xerxios utilizan los portales, aunque todavía no existen puertas de tránsito lo bastante poderosas como para unir Ercleón y Xerxoga. A los portales mágicos los llaman Lequa-Xaal, las puertas largas. Desde que supieron de los avances de los ciclopes con el desarrollo de transportes aéreos, los hechiceros del Fahadato han inventado sus propios élopas. A estos los llamen Alu-xelga, los carros de los cielos.
Se rumorea que son la especie que mejor ha desarrollado los conjuros animistas. Ni siquiera los elfos pueden manipular y leer las mentes tan bien como ellos. De ser cierto, no cabe duda de que muchos de sus comerciantes habrían cerrado algunos de sus mejores negocios a través de la hechicería… Pero de eso, solo están seguros los propios xerxios.
A pesar de su labia y refinados modales, son un pueblo que recuerda con las afrentas y rara vez deja sin saldar las deudas que tengan pendientes. Si sus ejércitos luchan lo hacen con bastante virulencia y salvajismo. Sin embargo, La estrategia que los fahades y resto de lideres xerxios tienen para expandir sus territorios no necesita de campañas militares. Saben que basta con tener de su parte a los líderes del lugar que les interesa. Si consiguen financiar a las élites dirigentes, todo lo que estos posean pasará a ser suyo. Por tanto, cuando el Fahadato se expande, no lo hace con ejércitos armados con lanzas, espadas o hachas, sino con mercaderes, emprendedores y caravanas de nómadas. Lo único que deben hacer estos es ganarse al gobierno y la población del nuevo territorio y extender así su lista de contactos y su influencia.
Tanto en Xerxoga, como en los lugares a donde llevan su actividad, el Fahadato se compone de redes de ciudades y poblaciones en las que residen personas de confianza que están al servicio de un fahad o cualquier otro líder de la jerarquía. Una vez ahí, el delegado abre sus propios negocios, así como decide que mercados regentados por pieles de sangre se cierran o se abren. Debido a esto, resulta casi imposible determinar el tamaño exacto del Fahadato. Lo que es seguro es que este alcance no ha dejado de crecer ya que, hace 40 años, con la llegada de los pioneros xerxios, Ercleón se convirtió en uno de sus zonas de actuación.
Estos inmigrantes supusieron un gran cambio para todo el Oeste. Los nómadas que habían migrado al rincón occidental empezaron a comerciar con todo tipo de gentes. Algunos de estos se hicieron sumamente ricos dado que eran los primeros en traer materiales, manufacturas y especias que no se habían visto jamás en Ercleón. Desde entonces, su presencia no dejó de aumentar a pesar de que, hace algunas décadas* la Guerra del mercadeo frustró muchas de sus acciones. Afortunadamente, tras ese conflicto y ruina que supuso para el mercado del Oeste, los xerxios se han vuelto importantísimos para reactivar la economía de la región. Con el Sindrato y el Consorcio sufriendo graves crisis internas y externas, los pequeños mercaderes xerxios tienen vía libre para llevar sus negocios a donde quieran y como quieran. Poco a poco, los servicios y favores que ofrecen a los erclenos hacen que su patrimonio aumente y, con él, los principios del Salim Al-dalim se propagan y el poder que el Fahadato se hace cada vez mayor.
Ahora, está facción se ha sumado a la larga lista de bandos que busca aprovechar los vastos recursos de Ercleón.
Una vez más, resulta asombroso lo que puede llegar a hacer la iniciativa de unos mercaderes en busca de la oportunidad.
Los largos viajes y constantes esfuerzos que los xerxios han llevado a cabo podrían convertir a su nación en una de las más potencias más poderosas de todo Nú. Y, dado que los principios de la Salim Al-dalim, siguen vigentes los fahades y los demás xerxios recompensarán con creces a quienes creen estas oportunidades.
Para ser tú quien las tome, querido viajero, tan solo debes ir por ellas
Querido viajero, espero que encuentres bendiciones en la aventura que te aguarda
Darma Nimeldus.
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