Hay muchas criaturas asombrosas en Ercleón: elfos cuyas vidas duran eternidades, enanos que hacen aparecer oro y joyas de debajo de las piedras, animales capaces de hablar y formar parte de la civilización… Aun así, todos palidecen frente al poder y esplendor de los divinos.
A lo largo y ancho de Nú, existen personas inmortales de un poder que rebasa por mucho al de los sensibles a la Danaria. Su fama procede de las leyendas que se cuentan en las distintas culturas del mundo. Algunos les adoran como a deidades, otros sospechan que tan solo son algún tipo de magos que descubrieron los grandes secretos del mundo, entre ellos, la clave de la vida eterna. Sean verdaderos dioses o no, las demás especies de Ercleón los llaman divinos y es así como se les conoce.
En realidad, considerarlos una única raza es aventurado. Los divinos son muy diferentes los unos de los otros. De hecho, los hay de diferentes tipos. Para no hacer este escrito más complejo, me basaré en la concepción que la religión termecoria tiene sobre ellos. En ella, el primer dios fue Foga, un dragón de poderes cósmicos que fue predecesor de todos los demás.
Después de él aparecieron los llamados llegados primigenios. Dioses como Nara, la luz, Úmaga, la oscuridad, Teo, el tiempo, o Néa, el caos. Estos y unos cuantos más fueron los primeros. Varios de ellos tienen santuarios alrededor de los cuales se han construido ciudades masificadas. En estas urbes es donde viven sus mayores devotos. Nara, reside en la urbe de Narugath, Solón, en Sólonos y Cáulo en la ciudad sagrada de Validia. Otros dioses, como Teo o Néa jamás pasan demasiado tiempo en el mismo sitio.
En verdad, entre los primigenios hay dos ramas; los Dácal y los aumen. Los primeros son divinos relacionados con el orden, la creación y la construcción. Son los que habitan en su mayoría en residencias fijas. Los aumen son conocidos por abrazar el caos, la destrucción y el cambio… Casi todos los aumen viven en planos dimensionales propios de los cuales vienen y van en todo momento. Los divinos primigenios que vienen en la actualidad son Nara, Úmaga, Teo, Amo, Dana, Caúlo y Nea.
Después de ellos, están los divinos terrenales o naturales; Medas, la Naturaleza, Meldus, arquitecto de Nú, Naó, el cielo, Úbido, la tierra… La mayoría de estos viven en Validia, sede de la religión termecoria, en la que tienen una Acrópolis en lo alto de la urbe a modo de residencia propia. Son los divinos que más se suelen manifestar y relacionar con los mortales. Hay naciones enteras que están a su servicio y que los adoran como deidades, por lo que, para muchos, son los más poderosos más allá de sus atributos divinos.
Después de los terrenales están los espirituales, emocionales e intelectuales, todos ellos ligados a las especies vivientes. Se los considera menos poderosos y muchos creen que son la estirpe de divinos más próxima a ser meros hechiceros. A pesar de ese estigma, su poder es grande, pues Geda, el amor, Saia, el terror, o Gálor, la pasión, se cuentan entre ellos. Al igual que los aumen, la mayoría pasa poco tiempo en un mismo sitio y, si lo hacen, suele ser en la ciudad sagrada de Validia.
Se debe hablar de los semidioses y los ascendidos. Los primeros no necesitan de presentación, pues, al igual que en vuestro mundo, son héroes hijos de algún dios que han acometido grandes hazañas y pasado a los anales de la Historia. Algunos son mortales, aunque otros son inmortales, al igual que sus progenitores. Esto último ocurre cuando el divino se empareja con un elfo o un vampiro, quienes ya carecen de la tara de la mortalidad. El resto de semidioses suelen ser mortales, aunque pueden llegar vivir siglos o incluso milenios sin apenas envejecer… Los semidioses más famosos son Áxes, Lénur o Karim. Algo que ocurre con los mestizos de sangre divina es que sus padres suelen hacerles renacer como ascendidos. Estos son todos aquellos seres que se hayan convertido en divinos en un momento dado…
Uno de los más famosos y temidos es Kótaro, quien causó estragos entre los divinos que lucharon al lado de Ar Rabatah durante la Guerra del Cerebro.
Hay una mención merecida para los ancianos eternos. Estos son animales que protegen partes concretas del mundo. Suelen ser más reservados y difíciles de encontrar y han intervenido menos en los acontecimientos de la Cronología, pero son muy queridos, estimados y respetados. Uno de los más poderosos y conocidos es Nálsar, un anciano eterno con forma de león. Otros ancianos reconocibles son Árvok, hijo de Foga, Althox, guardián de la tierra y Korkoq, señor de los mares.
Para terminar con los tipos de divinos tan solo quedaría hablar de ma raza titánica. Esta última es una estirpe de humanoides de gran talla y enorme poder, lo que pasa es que muchos opinan que no son verdaderos divinos, solo un linaje de sensibles a la Danaria más poderosos de lo normal. En cualquier caso, esta última variante fue casi derrotada siglos atrás durante las guerras divinas, en la que divinos terrenales pugnaron contra la raza titánica por hacerse con el control del monte Validia. En este lugar fue donde se terminó construyendo la ciudad sagrada del mismo nombre.
Quizás lo único que quede por resolver si es que os lo habéis preguntado es qué hace a un ser vivo digno de considerarse un divino. Elfos, vampiros y algunos magos viven para siempre y son capaces de cosas que son poco menos que milagros. En realidad, ahí radica el origen del amplio debate acerca de la auténtica divinidad de esta especie. Los divinos suelen tener fuerza sobrehumana, velocidades inalcanzables para los mortales, reflejos aumentados y tampoco sienten dolor ni mueren a causa de heridas, venenos o enfermedades. Otra diferencia es que pueden hacer lo mismo que los hechiceros, solo que sin recurrir a una batería úluca. Por lo visto, sus reservas para hacer magia parecen inagotables. Los danariáticos que han estado en presencia de divinos afirman que estar en su compañía es como ponerse cerca de una fuente infinita de poder. A pesar de esto, hay eruditos que siguen poniendo en duda que sean algo mínimamente parecido a dioses capaces de crear vida o controlar las leyes físicas del mundo. Sin embargo, los propios divinos han dado su respuesta. Desde el más modesto dios espiritual hasta los poderosos Solón, Vénodor o Meldus se consideran creadores y protectores del mundo. Este último no duda en atribuirse la hechura de las razas élficas, de los gigantes, los enanos y los humanos.
De la misma forma que hay quienes dudan de la veracidad de esta afirmación, otros tantos aceptan este rol de demiurgo y veneran con gran fervor a divinos como Meldus, Úbido o Sofos.
En cualquier caso, los divinos suelen ser personas famosas que congregan a muchedumbres completas cuando hacen acto de aparición. Pasan la mayor parte del tiempo en sus recintos sagrados, pero, cuando salen de ellos y visitan alguna ciudad o país, causan un interés incuestionable… Algunos de los divinos son buenos y comprensivos, otros, crueles y despóticos. Ha sido frecuente que hayan intervenido en guerras entre especies, aunque, sobretodo, han generado entre sí por conquistar el poder.
Lo que está claro es que esta es la especie más poderosa de todo Nú y pocos se atreven a provocar su ira Para algunos, sus habilidades son una fachada que han usado para engañar a millones a lo largo de la historia y crear religiones que les brinden pleitesía. Otros son la prueba fehaciente de que existen poderes superiores que rigen este mundo y que, tras la muerte, espera un porvenir provechoso para los mortales.
Lo único que queda por aclarar es vuestra opinión.
¿Creéis o no creéis en los dioses?
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