Hubo un tiempo en que los elfos poblaron muchos rincones de Ercleón y toda Térega. Con la aparición de los gera en el plano de Fó, las Guerras de los caminos diezmaron a una gran cantidad de ellos. Muchos fueron aniquilados por los Sombras pálidas, pero otros cuantos se refugiaron tal como hicieran los ebénicos o los orcos. Hubo un grupo de elfos silvanos que se refugió en profundas cavernas que ni siquiera los divinos que las abrieron pueden encontrar ahora. Acabada la guerra, no se supo más de estos elfos, o tal vez sí, ya que siglos más tarde, a mediados la era meldusiana, unos exploradores enanos se toparon con una ciudad subterránea que no pertenecía al Sindrato.

En esa recóndita y bien escondida urbe habitaban unos seres extraños. Tenían el aspecto de criaturas incluso más bajas que los enanos, de pieles verdes, orejas grandes y ojos del color de la sangre. El hallazgo acabó en pelea y, en muy poco tiempo, un número masivo de ellos atacó los territorios enanos. Así fue como los trasgos aparecieron por primera vez en Ercleón.

Desde aquel encontronazo, estas criaturas lanzaron ataques por todas las provincias del Sindrato. Conforme se sucedían las guerras contra ellos, esta raza se extendió a otros territorios y empezaron a ganar fama y presencia por todas las montañas Úrcatas y Mirtorur. Muchos creen hasta día de hoy que los trasgos son una versión pervertida de esos elfos silvanos perdidos, fruto del mestizaje con orcos pieles verdes. Lo cierto es que ni tan siquiera los propios trasgos están seguros de su origen. Por norma general, se apoyan en leyendas inverosímiles que les emparentan con dioses del caos y el azar. Si es verdad que Auté, hacedor de fortunas, es muy venerado por ellos. A su vez, este divino parece tenerles en muy alta estima.

Hoy en día los trasgos, goblins, verditos o canijos molestos son una de las especies más detestadas en todo el territorio occidental, tanto como sobrerrepresentadas. Es posible que los trasgos sean la especie más extendida en Ercleón junto a los humanos y los elfos. Son ágiles, astutos, ingeniosos y amigos de los juegos, las apuestas y los trapicheos. No existen variantes como tal entre ellos, aunque hay trasgos más vigorosos, más delgados, pequeños… Depende de la región en la que se encuentren o el entorno en el que habiten. Es verdad que los trasgos que viven en cuevas se sienten más incómodos mientras se mueven por el exterior. Por suerte, están acostumbrados a la luz por las rocas lumínicas girdur maru, así que se pueden desenvolver bien incluso en campo abierto.

En general, los trasgos son supervivientes natos. Se sabe que tienen una tolerancia considerable a venenos y enfermedades víricas corrientes, siempre están alerta de cualquier intruso que se adentre en sus territorios y, a pesar de que carecen de una gran fuerza física, muchos de ellos, al igual que los medianos, poseen una especie de sensibilidad especial a la Danaria. Especial en el sentido que, más allá de los sensibles que existen entre ellos, todos los trasgos poseen una agilidad sin parangón, un sexto sentido contra amenazas ocultas y algunos de ellos son capaces de evitar ser vistos hasta el punto de parecer invisibles.

Tras la séptima guerra de las cavernas verdes, el Imperio ebénico en persona medió entre los reinos caverna trasgos y las provincias del Sindrato. Ahora, muchos territorios de los canijos molestos son vasallos del emperador de los ebénicos y sus habitantes caminan por diversas provincias imperiales como ciudadanos corrientes. A pesar de esto, los trasgos acostumbran a congregarse en barrios llamados trasgetos. Eso no quiere decir que vivan recluidos, les está permitido asistir a todo tipo de establecimientos y sectores urbanos. Lo que sucede es que esto es muy poco frecuente, ya que los enemigos que se ganaron a lo largo de los siglos fueron considerables. Al final, los trasgos prefieren residir en lo profundo de las ciudades, en las zonas más marginales lejos de la vigilancia de los legionarios imperiales. Estos resultan un entorno propicio para llevar a cabo sus actividades vandálicas o delictivas.
Es un hecho que un enorme número de trasgos se dedica a labores no muy honradas, claro que esto es diferente a que todos sean malvados. Existen trasgos muy inteligentes, consagrados al estudio y práctica de los conjuros danariáticos. Algunos son verdaderos expertos en las ciencias y artes mágicas y han contribuido a crear fármacos de gran eficacia, antídotos mágicos muy eficaces y sustancias que dan vigor y mejoran los sentidos de aquel que la toma.

El venerable maestro de la Orden iali llamado Ádoy es uno de los mejores hechiceros del mundo y su sapiencia le hace ser considerado como todo un referente para una gran cantidad de personas. En especial, para los estudiantes de la Academia de Iriega.

Puede que los trasgos no sean la especie más popular de todo Ercleón, pero son seres tenaces, ambiciosos y difíciles de matar. Muchos les subestiman, y tal vez, sea eso mismo lo que les hace peligrosos más allá de toda imaginación. La prueba de que no son una especie débil es que han sobrevivido a los gera, han guerreado hasta siete veces con los enanos y han logrado convertirse en miembros de uno de los imperios más poderosos del mundo.

Con todo este historial, está claro que los trasgos son seres capaces de enfrentarse a verdaderas amenazas y salir airosos del intento. Eso sí, haciendo un poco de trampa en más de una ocasión.


Más de Sueño por una Crónica





Más de Sergos de Remas




News letter (Boletín de correo)

[sibwp_form id=2]


Redes sociales


Donativo

BIZUM al +34 663 436 998

Paypal @sergosderemas

Transferencia ES11 2100 6198 2413 0032 9905



Categories: Ensayos Lore Personajes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *