¿Qué hace poderoso a un Imperio, querido viajero? Tal vez hayas pensado en sus ejércitos, el tamaño de sus dominios, el temor que infunden a sus enemigos…

Todo eso ayuda a que una potencia perdure largo tiempo. Sin embargo, hasta los más grandes terminan sucumbiendo. Ese fue el caso de los legendarios reinos de Iada o Unha, de la caída de Vúndar y, más tarde, del imperio de los séleta. Al final, nada es para siempre. Sin embargo, hay algo que ayuda a que el poder sea más duradero y real. Ese algo es el dinero. En Ercleón hay muchas facciones y, aquella cuyo poder viene en mayor medida del capital, es el Consorcio Migra o Banca esmeralda, la gran entidad bancaria del Oeste.

Los enanos siempre han sabido que hacer con los metales y las joyas de gran valor. De todas las especies, es la que ha creado más comercios y amasado el mayor número de fortunas a lo largo de la historia.

Esa virtud ha venido acompañada de la envidia de muchas otras especies, como los trasgos o los sítamas, y, también, ha despertado la codicia de los imponentes dragones. Incluso divinos, como Dúrua o Meres, dioses del comercio, sienten celos por el talento de los enanos de hacer dinero prácticamente de la nada.

Con semejantes adversarios, muchas han sido las compañías que se han visto frustradas por el ataque de una horda de trasgos o una bandada de dragones que querían hacerse con sus tesoros.

El Sindrato, el enorme país en el que viven la mayoría de enanos, se reparte por todas las cadenas montañosas de Ercleón. A pesar de que sus autovías subterráneas están muy bien comunicadas y cuentan con sus propias puertas de tránsito, abarcar todos sus territorios para proteger a los mercaderes del País de las nueve grutas suele ser complicado.

Esta es la situación dentro del propio Sindrato. Más allá de su jurisdicción, el riesgo que corren los comerciantes durcarios es todavía mayor.

Por esta serie de razones, a pesar de que los enanos saben manejar el dinero, su economía se ha visto cerca del colapso en varias ocasiones.

Por suerte, hubo uno entre ellos que usó su ingenio ver la oportunidad donde nadie más lo hizo y resolver gran parte de todos estos problemas.


Migra Karmadu, era un prestamista de bajo rango que vivió al mismo tiempo que Néaria de Benen, fundador del Imperio ebénico. Cuando la Guerra de las Diecisiete familias estaba en su punto álgido, Karmadu vio un filón en la causa del rey Néaria.

Migra usó sus contactos para que los prestamistas morgónidos financiasen las campañas militares de Néaria y, así, este ganase la guerra. La apuesta de Karmadu tuvo éxito y, cuando el Fundador y sus aliados tomaron el enorme botín de guerra, la recompensa para Migra fue generosa.

Después de la Fundación, Karmadu repitió su modelo de negocio con otras campañas militares de su amigo y, también, con los diversos proyectos que el Imperio realizó en sus comienzos; desde expediciones a tierras lejanas hasta investigación en nuevas aplicaciones de la magia.

Al cabo de medio siglo, el capital que los Karmadu habían amontonado era el mayor patrimonio de todo el Oeste. Mayor incluso que las riquezas de los tributos ofrecidos a los divinos.

Estando ahora aliados con el Imperio ebénico, los negocios recibieron mucha más protección que antaño, ya que los siguientes emperadores prestaron tropas para defender los cargamentos y puestos comerciales de los enanos.

Así pues, en el 52 tras la Fundación, se presentó a los gobernadores y al emperador el proyecto oficial en la primera asamblea del Alto Círculo del año.

Se trataba de la primera gran banca de Ercleón. Una entidad bancaria que pudiese financiar cualquier empresa o iniciativa mercantil.

Esta nueva corporación recibió el nombre de Consorcio Migra o Banca esmeralda, ya que su sede se encuentra en la ciudad montaña de Garit Riss’r, famosa por las inagotables vetas de esmeralda y jade que guardan sus cavernas.


Desde que la Banca esmeralda apareció por primera vez, el comercio en el Oeste cambió para siempre.

En la actualidad, el Consorcio tiene casi un milenio, igual que el Imperio ebénico. En ese tiempo, han movido unas cantidades de dinero que nadie, ni siquiera los divinos del comercio, como Durúa o Meres, pueden estimar.

Lo primero en lo que piensa todo aquel que desea reunir un gran capital en poco tiempo es en el Consorcio Migra. Gracias a esta reputación intachable, la Banca ha creado sucursales en cada rincón de Ercleón.

Esta entidad bancaria ha multiplicado la riqueza del Sindrato y se ha convertido en una potencia que, a pesar de responder ante el Sindro enano, posee tanto o más poder que El País de las nueve grutas.

Muchos especulan hasta qué punto llegan las influencias del Consorcio y sus prestamistas. Se sabe que controlan ciudades enteras dentro y fuera del Sindrato y fuertes baluartes fortificados, como lo es su sede principal Garit Riss’r,

Para garantizar la seguridad de las regiones en las que llevan a cabo sus negocios, a los grandes banqueros morgónidos se les suele dar una legión del Sindrato o incluso del Imperio ebénico. Esta obedecerá directamente al banquero morgónido que administre dicho sector.

Sumado a esta ventaja militar, los morgónidos suelen tener sus propios ejércitos. A veces son soldados cuyo reclutamiento e instrucción han sido supervisados por el banquero en persona. Otras veces han reclutado a mercenarios para ganar tiempo. Sea de una forma o de otra, sus efectivos se cuentan por varios cientos de miles.


Ahora bien, para disfrutar de los servicios del Consorcio, uno tan solo debe visitar una de sus sucursales. Muchas de las mismas están repartidas por el Imperio ebénico, Heledia y, por supuesto, las montañas erclenas, donde se encuentra el Sindrato. Pero también hay algunas de estas sucursales en el belicista reino de Véudra. Ni siquiera los orgullos señores saurio pueden poner el orgullo por delante si no tienen un centavo para sufragar los gastos de sus campañas militares…

Algunas facciones con las que el Consorcio suele colaborar son, evidentemente, el Imperio ebénico. Cuando ambas entidades trabajan juntas, los enanos suelen financiar sus campañas militares o proyectos de mejora urbana. Otra asociación típica de la Banca esmeralda es contratar a cazarrecompensas para misiones concretas o, como dije antes, es común que los ejércitos privados de los morgónidos estén constituidos por compañías mercenarias de la Bor Niven. Ni siquiera la Orden de Caballeros magos iali se ha librado de recurrir a alguno de sus préstamos…

Los préstamos dados por el Consorcio son diversos, los plazos de devolución se pueden dilatar y los intereses de los mismos son muy razonables. Lo único que se debe hacer es regresar el dinero en los tiempos que se acuerden.

Si uno se llega a declarar insolvente, el Consorcio no recurre a amenazas o violencia. En vez de eso, se firma un contrato insondable creado con magia para que el endeudado se convierta en un trabajador del Consorcio. A mayor sea la deuda por abonar, mayores serán las horas de trabajo.

En cualquier caso, los enanos son tan rápidos abonando los importes como a la hora de reclamarlos. Gracias a esto, la Banca esmeralda se ha ganado una reputación intachable entre algunas de las personas más influyentes y poderosas de Ercleón como los gobernadores ebénicos, los príncipes de Debiria y los señores saurio de Véudra.


Por desgracia, no todos tienen una buena opinión del Consorcio. Igual que cualquier otra facción, los banqueros y prestamistas morgónidos tienen sus propios intereses.

Muchas veces, estos se han impuesto a otras especies y grupos sin que se pudiera poner objeción alguna. En caso de que trasgos, orcos, iáropes o brujos corruptos ataquen, son los líderes del Consorcio son los que deciden si enviar ayuda o guardársela para sus propios fines.

En más de una ocasión, los ejércitos de los prestamistas han ignorado las llamadas de socorro del mismísimo Sindro para destinarlas a lugares o conflictos que resultaban más convenientes para la Banca esmeralda.

De la misma forma, proyectos humanitarios necesitados de financiación han sido ignorados para destinar ese mismo capital a iniciativas más rentables.

Por esto hay especies que aborrecen al Consorcio y todo lo que este representa. Los miriatanos, por ejemplo, que habitan en el corazón de los bosques, han denunciado como sus trabajadores sobreexplotan los recursos de un territorio sin preocuparse de reabastecerlos o sanearlos. Razas como los orcos acusan a la Banca de haberles expulsado de las montañas sin necesidad y, luego, expulsarles también de los nuevos territorios a los que han migrado. Otras gentes nativas de regiones más recónditas aseguran que, cuando el Consorcio ha aparecido en sus hogares con promesas de fortuna y trabajo, lo que han hecho ha sido apropiarse de tierras vírgenes y arrebatar a la población autóctona lo que siempre estuvo allí.  Todo esto, sin dar un solo puesto de trabajo a estos nativos, empobreciendo el territorio y dejando a estas gentes poco más que migajas.

Un ejemplo de cuan mezquino puede llegar a ser el Consorcio fue su papel en el estallido de la Guerra del mercadeo. En un inicio, el Sindrato no tenía una postura tan belicista hacia los pioneros xerxios. Para muchos banqueros y comerciantes del País de las nueve grutas, estos representaban una competencia sana para sus negocios. En cambio, los dirigentes de la Banca vieron a los extranjeros como intrusos y una amenaza.

Los prestamistas fueron mucho menos tolerantes y permisos con los xerxios. De hecho, se sospecha que fueron ellos los responsables detrás del fatídico asalto de Amaria y otros ataques a las caravanas de los pieles rojas.

Dado que nadie se hizo responsable de aquellas tragedias, los xerxios actuaron en respuesta y los distintos puestos comerciales del Consorcio fueron atacados por asaltantes contratados por los orientales. La guerra armada empezó poco después y, con ella, sobrevino la ruina para todo el mercado del Oeste y la propia Ercleón.

Con todo este historial, es claro que, por cada aliado, los morgónidos del Consorcio tienen un par de enemigos. Sin olvidar a trasgos, iáropes, trolls, ogros, gigantes o moradores de la gruta, los más enconados de todos son los orcos. Las siete manadas atacan con una frecuencia abrumadora a las caravanas y transportes mercantes de esta facción por tierra, mar y aire. Los órone afirman que los enanos fueron los primeros en echarles de sus montañas. Si hay más o menos verdad en tales afirmaciones, es un hecho que ambas especies han guerreado en conflictos devastadores por el control de ciertos pasos o montes de importancia material o estratégica.

Otro infame adversario del Consorcio son los dragones. Sean los miembros de la familia arcana o los integrantes del grupo de los reptilianos, los dragones han deseado las infinitas riquezas de los enanos desde los días de la Era de la Edificación.

Cuando se presenta la ocasión, los nidos de la Soberanía de Ámndaba lanzan ataques sobre ciudades; puertos o enclaves comerciales de la Banca Esmeralda. Los astutos soberanos dragón actúan con discreción en estos casos, enviando a subordinados que se hacen pasar por renegados o ejércitos


Sin embargo, no todo es tan adverso para el Consorcio. A pesar de todo, hay muchos morgónidos que sí financian campañas destinadas a ayudar a los más desfavorecidos. Ahora mismo hay diversos proyectos que consisten en crear hechizos, remedios mágicos o artefactos danariáticos de sanación. Uno de los más ambiciosos es una investigación para detener el mal anario que afecta a las personas que abusan del viaje a través de portales.

Otra iniciativa muy loable es la de ayudar a territorios o ciudades que hayan sufrido alguna guerra o ataque. Es famosa la anécdota de cuando los morgónidos reconstruyeron el santuario del Cenebro tras el asalto de Ar Rabatah sin pedir ni una sola moneda a los sacerdotes del viejo árbol.

Más allá de casos concretos, la ingente riqueza que el consorcio genera ha permitido que exista un prolongado período de paz y prosperidad en todo Ercleón.

Despierte pasión o animadversión, estas tierras no serían el mismo lugar sin las acciones del Consorcio Migra. Para un gran número de personas, es fuente de explotación y consumo desmedido, objeto de celos y rencor o una corporación que sólo busca enriquecerse. Para otros, es una de las instituciones más importantes de todo el Oeste, la cual, ha dado los recursos y acceso a un mundo más próspero y cercano a lo que será el mañana.

Si ese supuesto mañana será un mundo próspero, aún está por verse, pero es un hecho, que, en cuanto al dinero y los negocios, los prestamistas de la Banca Esmeralda todavía tienen mucho por decir y todavía más por hacer…

Querido viajero, espero que encuentres todas las bendiciones posibles en la aventura que te aguarda

Darma Nímeldus.



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